BALMENHORN

Cantos de sirena. La mujer y la feminidad en el arte prehistórico




La mujer es un tema recurrente en el arte desde el principio de los tiempos. La mujer, como símbolo de fecundidad, de continuidad y de renovación, ha sido utilizada desde siempre por los poderes mágicos y religiosos, pero también hay una representación más terrenal de la mujer, de su sexo y de su sexualidad, muy ligada a la psique masculina, en tanto que objeto de deseo y fuente de placer. En el arte prehistórico ambas visiones se mezclan de forma ambigua, sin que sepamos donde termina la una y donde empieza la otra, o quizá esa diferencia sea simplemente inexistente y solo tenga sentido en nuestra compartimentada mente «siglo XXI», que tiene serias dificultades para ver el mundo como un todo interconectado. Las representaciones prehistóricas femeninas, tanto de arte mobiliar como de arte rupestre, forman un conglomerado de imágenes y objetos singulares, desconcertantes, en ocasiones excitantes y casi siempre extremadamente hermosas.

Esto es el poblado calcolítico de Los Millares. Estuvo habitado hace aproximadamente 4000 años. Es un poblado grande, en su momento álgido tuvo algunos centenares de casas; aquí, durante dos o tres siglos vivió y murió mucha gente. Hombres y mujeres, familias que se amaron, discutieron, lucharon para dar a sus hijos una vida mejor, y ¿sabéis qué es lo que sabemos de ellos?: NADA... o apenas nada...

Todo lo que tenemos de Los Millares son piedras, algo de cerámica, unas cuantas armas... y piedras, ¡muchas piedras!

Estamos hablando de la gente que vivió en Los Millares hace tan solo 4000 años y prácticamente no sabemos nada de ellos ¿qué podemos esperar saber si vamos diez veces más atrás... ?

De aquella época tenemos... ¿como no? Piedras... muchas piedras

Necesitamos entrar en la mente de aquellas personas, porque son algo más que nuestros antepasados, son las personas que nos soñaron. Nosotros somos el futuro de aquella gente, somos lo que ellos soñaban cuando miraban las estrellas, somos lo que ellos imaginaban cuando pensaban en lo que el ser humano llegaría alguna vez a ser.
¿Cómo podemos entendernos a nosotros mismo, ni entender el mundo que nos rodea, si no sabemos nada de los hombres y mujeres que un día, hace cuarenta mil años, soñaron con nosotros?

Afortunadamente tenemos algo más que piedras, aquellas personas, que ya eran como nosotros, que ya pensaban como nosotros y que ya sentían como nosotros nos han dejado el ARTE.

El arte prehistórico es casi la única vía de penetración que tenemos para adentrarnos en la mente de aquellas personas y saber algo sobre ellas, pero debemos abordarlo con mucho cuidado, porque no tenemos las claves que nos permitan interpretarlo.

Esta pintura tiene un significado casi universal gracias a unas claves culturales que compartimos varios miles de millones de seres humanos, pero si perdiéramos esas claves solo podríamos decir que hay tres hombres que ofrecen regalos a una mujer que tiene un niño sobre las piernas. Así es como nos encontramos ante una imagen de arte prehistórico.

Los arqueólogos inventamos un discurso para ocultar nuestra frustración y no estoy haciendo uso de un masculino genérico, no, me refiero a los arqueólogos y solo a los arqueólogos, no a las arqueólogas, porque la prehistoria fue, desde sus orígenes y hasta hace muy poco tiempo, una ciencia de hombres. Y esta es la imagen que esos arqueólogos varones crearon de la prehistoria. Esta es una imagen de principios del siglo XX y es un ejemplo del problema de adentrarnos en la interpretación de la prehistoria cargados con todos nuestros prejuicios: que los proyectamos sobre lo que vemos y lo entendemos todo tal y como nuestra formación y nuestra sociedad nos induce a mirarlo.

Si existe una verdad en la arqueología, es que las interpretaciones del arte prehistórico nos dicen muy poco sobre los autores de ese arte (y ahora sí que empleo el masculino genérico) y mucho sobre los que lo interpretan.

Me podéis decir que la imagen anterior es de hace más de 100 años y que las cosas han cambiado... puede ser, pero está claro que no han cambiado lo suficiente si para vender colonia recurrimos a esto...