Aunque descartada por su absoluta falta de datos arqueológicos, la teoría del matriarcado paleolítico resurge periódicamente como un Guadiana, ya que, igual que no hay hechos arqueológicos que la apoyen, tampoco los hay que la rebatan y solo recientemente se ha conseguido un indicio en su contra gracias a los análisis de ADN de los neandertales de la cueva del Sidrón (Asturias). Estos análisis de un grupo de siete personas han permitido conocer sus vínculos familiares: los hombres están emparentados, pero las mujeres adultas no. Esto es un indicio de patrilocalidad (las nuevas parejas viven con la familia del varón), lo cual es improbable en un matriarcado.